
Semana 13

Introducción Segundo Repaso
Voz de audio Cecilia Giron
LIBRO DE EJERCICIOS
Segundo Repaso
SEGUNDO REPASO INSTRUCCIONES PARA LA PRÁCTICA
Ejercicios más largos: 2 veces (una para cada idea), durante quince minutos.
- Durante tres o cuatro minutos, lee lentamente la idea y los comentarios (si quieres varias veces) y piensa en ellas.
- Cierra los ojos y pasa el resto del periodo de práctica escuchando el mensaje que el Espíritu Santo tiene para ti. Podemos considerar a este tiempo de escuchar como que tiene los siguientes componentes:
- Escucha “sosegadamente aunque con mucha atención” (3:1), escucha en quietud y con toda tu atención.
- Mantén una actitud de confianza (“este mensaje me pertenece”), deseo (“yo quiero este mensaje”), y determinación (“estoy decidido a tener éxito”).
- Escuchar durante diez minutos puede ser una gran invitación a que la mente se distraiga, por eso la mayor parte de las instrucciones para este ejercicio tratan de este asunto. Si la mente se distrae sin control, regresa a la primera fase y repítela. Para las distracciones menores de la mente, date cuenta de que los pensamientos que te distraen no tienen poder, y que tu voluntad tiene todo el poder, y luego reemplaza los pensamientos con tu voluntad de tener éxito. Haz esto con firmeza. “No permitas que tu intención vacile” (4:1). “No dejes que… te desvíe de tu propósito” (5:2).
Lección Número 87
Hoy repasaremos estas ideas:
1. (73) Mi voluntad es que se haga la luz.
Hoy haré uso del poder de mi voluntad. No es mi voluntad andar a tientas en la obscuridad, temeroso de las sombras y amedrentado por cosas invisibles e irreales. La luz será mi guía hoy. La seguiré allí donde me lleve y contemplaré únicamente lo que me muestre. Éste será el día en que experimentaré la paz de la verdadera percepción.
2. Las siguientes variaciones de esta idea pueden ser útiles para las aplicaciones concretas:
Esto no puede ocultar la luz que es mi voluntad ver.
(Nombre], estás en la luz junto conmigo.
En la luz esto se verá de otra manera.
3. (74) No hay más voluntad que la de Dios.
Hoy estoy a salvo porque no hay más voluntad que la de Dios. Siento miedo sólo cuando creo que hay otra voluntad. Trato de atacar únicamente cuando tengo miedo, y sólo cuando trato de atacar puedo creer que mi eterna seguridad está siendo amenazada. Hoy reconoceré que nada de esto ha ocurrido. Estoy a salvo porque no hay más voluntad que la de Dios.
4. Las siguientes son algunas variaciones de la idea que pueden ser útiles para las aplicaciones concretas:
Percibiré esto en conformidad con la Voluntad de Dios.
La Voluntad de Dios, así como la mía, es que tú, [nombre], seas Su Hijo.
Esto es parte de lo que la Voluntad de Dios ha dispuesto para mí, independientemente de cómo lo vea.